martes, 19 de octubre de 2010
miércoles, 14 de julio de 2010
En compañía de tantas ausencias
me adentré en la única realidad que deseaba;
relieve de falacias vivas
cadencia de impulsos hechos palabras.
Al cobijo de la oscuridad,
me bañé de tus colores;
mentira carmesí de mirada pintada,
mentira cárdena de tu alma expuesta en cada grito contenido,
en cada desgarrado gesto.
mentira negra de tus venas que no habrán de ser mi savia.
lunes, 12 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
Mudas intenciones
martes, 6 de julio de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
A veces sucede que el frío que sentimos en el Alma traspasa fronteras; esto es, la frontera blanca, dura e infranqueable de los huesos que protegen nuestras entrañas y vísceras, las que laten a distinto ritmo que el corazón, para, de seguido, llegar a la barrera sutil y delatora de nuestra piel, la que desnuda nuestros pensamientos a base de infinitesimales dilataciones de nuestros poros, a base de esquivas y traslúcidas sudoraciones hasta dejarla atrás [hipodermis, dermis y finísima epidermis], aflorando entonces ese frío negro, pegajoso, denso; escupiendo nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestros secretos más encriptados a golpe de celador subconsciente.... A veces sucede que sentimos enero en primavera; sucede que la suma de nuestros fríos [tu frío y el mío] desafía al calendario, reta a la costumbre, derroca la certeza y el orden y un soplo de nuestro miedo helado extingue este mayo incipiente. A veces sucede que la gotera sucia, oxidada y húmeda de tu lacrimal coincide en un rincón oscuro de tu cercanía [la de un beso, la de un abrazo] con la gotera sucia, oxidada y húmeda de mi lacrimal y juntas forman un cauce que desborda tu cuerpo y el mío e inunda la atmósfera vestida de mayo para cubrirla de nubes densas de invierno que rompen a llorar, digo a llover, a llover, y a llover.
A veces sucede que hay tardes de sol que huelen a tierra mojada, que visten de gris, que gritan al vacío. A veces sucede que hay tardes de agosto que hielan y asolan los cansados brazos de los sauces gigantes que acarician el suelo. A veces sucede que hay tardes de primavera con flores de escarcha y nubes de plomo. A veces sucede que hay días de fiesta [vestidos de luto] que arrastran una pena inmensa. A veces sucede que hay haces de luz que emanan decepciones. A veces sucede que hay esperas que desesperan y torturan toda esperanza...
miércoles, 28 de abril de 2010
Tengo tiempo...
Tengo un minuto resbalando por el cuello,
y otro minuto [más] escondido en un pliegue de mi piel;
Tengo un cúmulo de horas y horas
metido en un bolsillo;
Tengo una hilera de días y sueños,
de meses y noches,
de años y ausencias
guardados [bajo cremallera] en un rincón olvidado de ayer.
Pero tengo tiempo...
tiempo prendido en mi alma
tiempo quedo en la comisura de mi boca.
lunes, 26 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
Bastaría un movimiento de traslación
sábado, 17 de abril de 2010
Nada aquí, ahora
jueves, 15 de abril de 2010
El trapecio que ante la nada oscila...
Descubrí una gotera en mi rostro; el agua, fría y sucia, negruzca, salía de mi ojo derecho, a través de un lagrimal rojizo e hinchado que no acertaba a reconocer como mío. Había comenzado como un goteo (lento, agónico) para terminar pareciendo un oxidado y rebosante canalón en el exterior de una fachada, deteriorada y húmeda.
Cerré los ojos y forcé hasta la extenuación todos mis sentidos intentando escuchar, ver, oler, sentir de dónde venía aquella gota incesante que hacía rato había comenzado a inquietarme. Pero no había una gota; sino una tras otra; una tras otra; una tras otra... La gotera se perdía en ocasiones en angostos recodos oscuros que parecieran desaparecer en una sima sin fondo; en otros momentos volvía a ser visible con un tranquilo fluir que incluso aportaba cierta calma mortecina y ficticia...
Finalmente encontré el origen de aquella gotera; estaba en mi alma, por entonces, ya seca...
miércoles, 14 de abril de 2010
Algunos días soy consciente de que camino y camino habiendo perdido, por completo, el rumbo, el control; habiendo olvidado, por completo, el destino de mis pasos.
Algunos días soy consciente de que mis pilares se han roto.
Algunos días me recreo en las aceras intentando escudriñar cómo se siente ese transeunte que camina apresurado delante de mí por su rastro esquivo.
Algunos días busco en las ventanas modos de vida que me hagan un guiño; estudio balcones, tendederos, macetas, cuadros, luces; estudio cuanto me pueda dar la pista sobre cómo vive la dueña o el dueño de la mano que asoma tras la cortina; escudo inviolable en esta mañana gris.
Algunos días olvido que debo encontrar algo; no recuerdo qué.
Algunos días soy consciente de que mis pilares se han roto.
Algunos días me recreo en las aceras intentando escudriñar cómo se siente ese transeunte que camina apresurado delante de mí por su rastro esquivo.
Algunos días busco en las ventanas modos de vida que me hagan un guiño; estudio balcones, tendederos, macetas, cuadros, luces; estudio cuanto me pueda dar la pista sobre cómo vive la dueña o el dueño de la mano que asoma tras la cortina; escudo inviolable en esta mañana gris.
Algunos días olvido que debo encontrar algo; no recuerdo qué.
martes, 13 de abril de 2010
Las garras de la prisa
Son las garras de la prisa
las que, obstinadas,
te arrancan, de cuajo, de mí...
Es la falacia mentirosa
la que, obstinada,
te acerca, a bocajarro, a mí...
Es el espacio impertinente
el que me recuerda
que tú no estás;
que no estarás;
que, en realidad,
nunca estuviste.
Es el tiempo, cruel,
el que cuenta los días, largos,
el que dibuja las horas, lentas,
el que recrea los minutos, eternos
el hacedor del tedio,
el final del principio...
lunes, 12 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
Cuando la respuesta no obedece a pregunta alguna;
Cuando en el diálogo no hay dos,
[ni tres],
cuando es monólogo, en realidad…
Cuando el perdóname no responde a una falta…
Cuando es la quietud la que palpita
y la vida hiberna en las garras del hastío;
Cuando la maldad se esconde
[ermitaño omnipotente]
en la oquedad expuesta de la mañana.
Cuando las puertas son bofetadas al Alma
y las ventanas son [infantiles] guirnaldas de color en la negra noche.
Cuando el consuelo es líquido y se pierde, esquivo, entre los dedos.
Cuando el miedo se ha esfumado,
consciente de su fracaso…
Cuando el silencio es el eco.
Cuando no queda nada.
Cuando la espera no es concebible.
Cuando el aliento se ahoga.
Cuando la indiferencia asesina [¿al azar?] los números mágicos del calendario.
Cuando la ternura ya no provoca
sobresalto siquiera.
Cuando la distancia es pura física.
Palpable,
tangible.
Cuando el llanto se torna mecánico.
Cuando el ruido sordo ahoga las palabras, mudas.
Cuando la profundidad flota.
Cuando la fuerza no es más que escudo
[de una pena insoportable]
Cuando la prisa sólo esconde un vacío negro,
aplastante,
pegajoso,
viscoso.
Cuando algunos días son monstruos todopoderosos
que se alimentan de mi inquietud,
de mi apatía,
de la costumbre….
Cuando, en ocasiones, todo parece perdido…
Un recuerdo fugaz,
un olor de antaño, reconocible, familiar
los acordes de una canción que nos traspasó la piel y se acurrucó para siempre en nuestras entrañas,
la magia de una foto que redescubres y te devuelve vivo un momento, feliz,
la nostalgia de una película que compartimos,
tus palabras, tus consejos, tu recuerdo, tatuados en mi memoria…
Me devuelven un hoy vestido de primavera, que huele a pasado vivo, que se escucha a través de tu voz…
Cuando en el diálogo no hay dos,
[ni tres],
cuando es monólogo, en realidad…
Cuando el perdóname no responde a una falta…
Cuando es la quietud la que palpita
y la vida hiberna en las garras del hastío;
Cuando la maldad se esconde
[ermitaño omnipotente]
en la oquedad expuesta de la mañana.
Cuando las puertas son bofetadas al Alma
y las ventanas son [infantiles] guirnaldas de color en la negra noche.
Cuando el consuelo es líquido y se pierde, esquivo, entre los dedos.
Cuando el miedo se ha esfumado,
consciente de su fracaso…
Cuando el silencio es el eco.
Cuando no queda nada.
Cuando la espera no es concebible.
Cuando el aliento se ahoga.
Cuando la indiferencia asesina [¿al azar?] los números mágicos del calendario.
Cuando la ternura ya no provoca
sobresalto siquiera.
Cuando la distancia es pura física.
Palpable,
tangible.
Cuando el llanto se torna mecánico.
Cuando el ruido sordo ahoga las palabras, mudas.
Cuando la profundidad flota.
Cuando la fuerza no es más que escudo
[de una pena insoportable]
Cuando la prisa sólo esconde un vacío negro,
aplastante,
pegajoso,
viscoso.
Cuando algunos días son monstruos todopoderosos
que se alimentan de mi inquietud,
de mi apatía,
de la costumbre….
Cuando, en ocasiones, todo parece perdido…
Un recuerdo fugaz,
un olor de antaño, reconocible, familiar
los acordes de una canción que nos traspasó la piel y se acurrucó para siempre en nuestras entrañas,
la magia de una foto que redescubres y te devuelve vivo un momento, feliz,
la nostalgia de una película que compartimos,
tus palabras, tus consejos, tu recuerdo, tatuados en mi memoria…
Me devuelven un hoy vestido de primavera, que huele a pasado vivo, que se escucha a través de tu voz…
miércoles, 7 de abril de 2010
Mi impaciencia
Tu silueta se define en los albores de mi deseo.
Y tu voz de silencio anida en el eco de mi Soledad.
Tu curva de ángulos impasibles
infierno de sueños,
de daño,
de daño inmenso,
[rota]
escrita con las letras que me concretan,
con mis horizontes.
rota de forzosa paciencia,
de forzada razón...
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